miércoles, 28 de enero de 2009

LAS DIFERENCIAS DE LA IGUALDAD

Al nacer todos los hombres son iguales
pero son diferentes las circunstancias.
No es lo mismo un niño palestino que llega al mundo
bajo el fuego de los bombardeos
que el hijo de un millonario en una clínica suiza.
La situación es diversa diga lo que diga la biología.
Son distintos un cerebro académico y un cerebro analfabeto,
una espalda cubierta por el manto y una espalda curvada por la carga,
un corazón lleno de angustia y un corazón repleto de codicia,
los pulmones que revientan en la mina de carbón
y los pulmones bajo el viento marino del yate,
el hígado que estalla bajo el esfuerzo
y el hígado roído por el whisky,
los riñones para soportar el trabajo
y los riñones para defender la injusticia,
el estómago para los manjares y el estómago para el hambre,
el sexo para fecundar herederos y el sexo para fecundar desheredados,
el sexo para parir magnates y el sexo para parir miserables,
las rodillas para la vanidad y las rodillas para la sumisión,
los pies para pisar piedras y los pies para pisar alfombras
pero no debemos preocuparnos por esas circunstancias,
por sus bienes y por sus males
porque al nacer todos los hombres son iguales.

FERNANDO LAMBERG, ENERO DE 2009

domingo, 25 de enero de 2009

ENMIENDA Y REFORMA


Una persona de buena voluntad entiende las palabras.
Un malvado quiere armar un caos en el código.
Adjetivo no es igual que sustantivo.
Lo accidental se diferencia de lo esencial.
Si a un carro le ajustan el volante es una enmienda.
Si le cambian el motor es una reforma.
La enmienda representa una mejoría.
La reforma significa una mudanza.
Como tú comprendes esa distinción.
tienes enmienda
pero si alguien conoce la verdad
e insiste en una falsedad
para encontrar un cómplice o un ingenuo
entonces es público y notorio
que ese alguien merece un reformatorio.

FERNANDO LAMBERG, ENERO DE 2009

domingo, 11 de enero de 2009

LAS PAPARRUCHAS

Busquemos un ejemplo de paparrucha.
Un funcionario de gobierno compró un cuadro
que valía miles de dólares.
Días después la periodista confiesa
que confió en una fuente falsa.
En este caso se trata de una paparrucha menor.
El presidente de un país poderoso afirma que otro país
posee armas de destrucción masiva.
Años después y sobre un millón de cadáveres
ese presidente afirma que fue engañado.
Estamos frente a una paparrucha mayor.
La primera paparrucha fue cómica,
la segunda trágica.
Entonces conviene leer el periódico,
escuchar la radio o ver el televisor
con algún sentido crítico.
Porque de lo contrario
desde la anciana a la muchacha,
desde el anciano al muchacho
quedarán para siempre empaparruchados

viernes, 9 de enero de 2009

UN MENDIGO EN EL VATICANO

Un mendigo logró entrar al vaticano
con la obsesión de pedir limosna al Papa.
El mendigo tenía su historia,
había sido sacerdote en Centroamérica,
detenido y torturado por una dictadura,
expulsado del país,
vagabundo por el mundo
mientras la luz de su razón se extinguía.
Llegó a la Plaza de San Pedro un domingo en la mañana
cuando los fieles esperaban las palabras del pontífice.
Su aspecto y sus gritos espantaron a los presentes.
Un turista aterrado lo golpeó con una cámara.
El mendigo cayó azotando su cráneo contra el suelo.
Una rápida cuadrilla lo sacó del lugar
antes de que alguna agencia internacional
propalase noticias negativas.
El mendigo no era igual
al nazareno de las serenas parábolas
ni al convidado que cambió el agua en vino
ni al que sacó los mercaderes del templo
mientras otros mercaderes se reunían en otros templos.
Era diferente
al niño que asombró a los doctores con su sabiduría,
distinto del niño que recibió los regalos de los reyes magos.
Sólo se parecía al que murió con los clavos en la cruz
en que también tenía los pies descalzos.

FERNANDO LAMBERG, ENERO DE 2009