viernes, 24 de julio de 2009

GORILAS ENMASCARADOS

Algunos gorilas son sinceros. Presentan ante el mundo su pelaje,
sus garras, su violencia, su menguado cerebro.
Otros gorilas creen que pueden disfrazarse
y de ese modo burlar a los incautos.
Es una vana pretensión.
Desde lejos se reconoce a un gorila
aunque vista hábitos religiosos,
use gafas universitarias
o se siente en un curul parlamentario.
A la hora de la verdad los disfraces vuelan.
El poder legislativo empuña códigos injustos,
el poder judicial anuncia supuestos delitos
y generales traidores ordenan disparar contra el pueblo.
Termina el carnaval. Caen las máscaras.
Los medios cómplices afirman que un golpe no es un golpe.
Los gorilas a la luz o en la niebla
con grandes gritos comienzan su danza cuadrúpeda.
Siempre hay empresarios que asisten a la fiesta.
Y nunca falta una bendición cardenalicia.
Los gorilas ignoran que el pueblo
convierte las piedras en proyectiles,
emplea el corazón como un arma
y después del combate vuelven a la paz
para enterrar a los gorilas con disfraz o sin disfraz.

FERNANDO LAMBERG, JULIO DE 2009

sábado, 11 de julio de 2009

TAREA DE CASTIGO

No es conveniente castigar a un niño
haciéndole escribir cien veces
¡Abajo el fascismo!
Las doctrinas malsanas
no se combaten repitiendo palabras.
El niño gritó en clases ¡Viva el fascismo!
porque había escuchado esa exclamación
a unos parientes extraviados.
La maestra pensó que el niño iba por mal camino
y necesitaba un correctivo.
Otra buena intención para empedrar el infierno.
El odio se combate con amor;
la tiranía con heroísmo.
En señal de paz el niño debiera
llevar una manzana a la maestra
y dar vuelta a la página.
En este planeta pequeño y complicado
no hay que seguir a las primas y los primos extremistas
ni menos todavía repetir como un loro
los gritos que ellos lanzan sin el menor decoro.

FERNANDO LAMBERG, 2009